miércoles, 13 de mayo de 2020

EL CANSADO BOURNE


‘JASON BOURNE’ (Paul Greengrass, 2016). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️ 
Considero el cine de acción como mi género predilecto. Ya he dicho alguna vez que dada mi preferencia por este tipo de cine, suelo hacer la vista gorda con muchos detalles, pero con ‘Jason Bourne’ me cuesta mucho pasar por alto ciertas torpezas, muchas de ellas demasiado evidentes. Y en este caso me duele especialmente. ‘El Caso Bourne’ (The Bourne Identity, Doug Liman, 2002) reinventó el género del cine de acción, ofreciendo una evolución muy gratificante del típico “actioner” de los 80 y 90. El uso de la técnica de cámara al hombro, las impecables coreografías de las peleas y sus realistas persecuciones fueron rompedoras e incluso influyentes para la actualización de sagas más veteranas (James Bond, por ejemplo) y ofrecían al espectador una inmersión sin precedentes, suerte de “action-verité”. En esta entrega, sin embargo, hay más especulación y mucha menos acción. Y el cambio de ritmo no le ha sentado bien. Porque ese ritmo te da tiempo a preguntarte demasiadas veces durante el metraje sobre el por qué de ciertos detalles “chirriantes”, al contrario que ocurría en las trepidantes anteriores entregas que no te daban tregua. Matt Damon da la talla, pero los personajes de Alicia Vikander, Tommy Lee Jones o Vincent Cassel resultan bastante planos. La (doble) historia personal, presunto eje central de la trama, se construye de manera muy simple y es demasiado tópica y coincidente, algo incomprensible para una serie tan sólida como esta. Y más aún estando dirigida por Paul Greengrass, realizador de las dos anteriores (las dos mejores) protagonizadas por Matt Damon. Incluso la persecución final, más efectista que efectiva, sale perdiendo en la comparación con sus antecesoras, sobre todo si recordamos aquella antológica por la ciudad de Moscú de ‘El Mito de Bourne’ (2004). Aún con todo, se deja ver y es bastante mejor que aquel “spin-off” infumable, ‘El Legado de Bourne’ (The Bourne Legacy, Tony Gilroy, 2012), que yo personalmente he borrado de mi memoria. 
A la saga se le ha notado el cansancio. Y estos síntomas de agotamiento ratifican que el bueno de Bourne no necesitaba otra misión.

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