viernes, 24 de abril de 2020

EL GENIO DE LA TRISTE FIGURA


‘EL HOMBRE MÁS BUSCADO’ (A Most Wanted Man, Anton Corbijn, 2014). 
VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️
La película que nos ocupa es un relato de espías basado en la novela homónima de John Le Carré y al mismo tiempo se inspira en una historia real.
El cine de espías es un género sobre-saturado en Hollywood. A mí personalmente me ocurre un poco como con las películas basadas en la 2ª Guerra Mundial: Tanta película y tanta visión del conflicto me aburre. Y me da mucha pereza ponerme a ver alguna película de alguno de estos dos géneros.
Por suerte, ‘El Hombre Más Buscado’ tiene un as en la manga: su PROTAGONISTA, Philip Seymour Hoffman. El film de Corbijn es un relato de espionaje con un argumento muy convencional. Habla sobre cómo las agencias de inteligencia aprovechan y fabrican oportunidades y cebos para dar caza a los peces gordos del terrorismo internacional. El tratamiento de los planos y los escenarios por parte del director es formal, impecable, pero en cuanto a historia no se nos ofrece nada destacable. Pero la corta filmografía de Corbijn orbita alrededor de un elemento central: el hombre solitario. Dicho elemento está presente tanto en ‘Control’ (Ian Curtis sentía una horrible sensación de soledad a pesar del éxito creciente y de todos los que le rodeaban), como, de manera más evidente, en ‘El Americano’. Y ese solitario, en la película que nos ocupa, resulta ser un actor como Philip Seymour Hoffman. Su monumental interpretación es la que nos mantiene fijados a la butaca. Hoffman consigue que queramos conocer más y más sobre este personaje, suerte de “loser”, animal en vías de extinción dentro de las agencias de inteligencia internacionales (alemana en este caso), que sobre el propio relato en sí. La historia, es cierto, tiene un final digno de ser visto al menos una vez, pero de nuevo gracias a ÉL. 
Aparte de Hoffman, y a pesar que la película completa un reparto pleno de nombres ilustres como Rachel McAdams, Willem Dafoe (quizá la réplica más destacable) o Robin Wright, estos quedan ensombrecidos por una historia al uso y, sobre todo, por la figura de ese tipo solitario, taciturno y entrañable que dibuja un actor que dejó, con interpretaciones como la que nos ocupa, un vacío irreemplazable. Nunca llorar la pérdida de un actor estuvo tan justificado...

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