jueves, 23 de abril de 2020

VUELVE... VUELVE A MÍ


‘EXPIACIÓN’ (Atonement, Joe Wright, 2007). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
El sonido de las teclas de una máquina de escribir construye la banda sonora mientras el segundo trabajo de Joe Wright para la gran pantalla, adaptación de la novela de Ian McEwan, es la bola de nieve que se precipita ladera abajo. Una conmoción. Un relato oscuro, precioso, espoleado por un hecho horrible que marca al espectador para el resto del metraje. De nuevo, como en ‘Orgullo y Prejuicio’ (Pride and Prejudice, 2005), nos encontramos en pantalla con jóvenes talentos británicos ahora convertidos en estrellas consolidadas como Saoirse Ronan, que nos brinda una actuación impactante, un inmenso James McAvoy, Benedict Cumberbatch o Juno Temple.
Saoirse Román, más bien su personaje en tres formas: pre-adolescencia, juventud y madurez (sorprendente giro final disfrazado de actriz legendaria con un alegato desgarrador), se convierte en pilar maestro de la película. Un pilar gótico, oscuro, todo sea dicho. SU historia. La historia de un despecho construido a base de flashbacks. Recurso manido, pero aquí justificado y utilizado de manera inteligente, igual que el juego con los tiempos. Aparte de esto, el film se salpica de estampas y escenas impactantes con la guerra como telón de fondo. Muy duras y al mismo tiempo bellísimas, como ese largo plano secuencia que quedará grabado en la retina del espectador. Una muestra de genio y de sorprendente madurez en un director de 35 años entonces, que pasa de la ligereza dieciochesca de ‘Orgullo y Prejuicio’ a la gravedad de ‘Expiación’.
Todo esto no debe descuidarnos del romance mantenido entre los personajes de Keira Knightley y James McAvoy, lleno de pasión y sensualidad, ya que corre el riesgo de quedar sepultado bajo ese eje central, torrente emocional que se lo lleva todo por delante, incluida la atención del espectador.
Recursos que nos pueden parecer fáciles, como los mencionados flashbacks o la ultra utilizada pieza Clair de Lune, de Debussy en cierto pasaje del film no deben influir negativamente en una obra tan sólida y tan redonda como esta.
‘Orgullo y Prejuicio’ es una caricia. ‘Expiación’ es el puñetazo.


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