sábado, 25 de abril de 2020

EL SIGNIFICADO DE UNA PALABRA


'SICARIO' (Denis Villeneuve, 2015). VALORACIÓN: *****

El cine de acción es un género en ocasiones estigmatizado (y a menudo justificadamente) por su falta de profundidad, lo plano de sus personajes o la endeblez de sus guiones. A mí personalmente es un género que me encanta. Y por ello muchas veces hago la vista gorda, anteponiendo el placer culpable de un rato de entretenimiento sin complicaciones a la calidad del producto.
Pero tranquilos. No es el caso que nos ocupa. 'Sicario' es una Obra Maestra del género. Es épica. Como lo fue en su momento otro hito del género: 'Heat' (Michael Mann, 1995), con la que encuentro más de un paralelismo, como por ejemplo, la contundencia de sus escenas y la crudeza con que se narra la historia. Esto último se eleva a la máxima potencia en 'Sicario'. Denis Villeneuve no tiene piedad con el espectador. La película te lleva a cotas de tensión tan altas que rozan la incomodidad y esa tensión viene personificada por el tratamiento de los personajes, impecables reflejos del estrés que supone un trabajo que nadie más quiere hacer. Emily Blunt suprema, Josh Brolin odioso e irónico y Benicio Del Toro... caso aparte. Un Benicio Del Toro en estado de rabia (sí, lo he escrito bien). De rabia contenida. Una bomba de relojería en cuenta atrás que la historia te va desnudando a medida que avanza hasta dejarnos los ojos como platos en una escena que te retuerce en la butaca y que quedará en el recuerdo, como mínimo, en la história del género.
A estas alturas no voy a descubrir la calidad de Denis Villeneuve como director. 'Incendies' (2010), su primera película conocida, me sigue pareciendo la mejor, pero amén de rarezas como 'Enemy' (2013), es un tipo que no ha bajado el listón. Director polivalente donde los haya que todo lo que hace, lo hace muy bien. En el caso de 'Sicario',con su manera de dirigir, de colocar las cámaras, el espectador es parte de la acción casi en primera persona. Todo esto ayudado por una dirección de fotografía para guardar en la retina.
En este film hay tiempo para todo. Para la acción, para la reflexión, para el drama, las discusiones sobre moralidad... La capacidad de síntesis de Villeneuve es asombrosa. No se puede contar tanto y tan buen contenido en 120 minutos. La palabra "sicario" cobra significado en su parte final. Y en ese significado radica el doble mortal de la trama y la confirmación de una genialidad. Y es que 'Sicario', como lo fue 'Heat', es una gran película y una pelicula grande. En el sentido más amplio y más literal de la palabra.

viernes, 24 de abril de 2020

EL GENIO DE LA TRISTE FIGURA


‘EL HOMBRE MÁS BUSCADO’ (A Most Wanted Man, Anton Corbijn, 2014). 
VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️
La película que nos ocupa es un relato de espías basado en la novela homónima de John Le Carré y al mismo tiempo se inspira en una historia real.
El cine de espías es un género sobre-saturado en Hollywood. A mí personalmente me ocurre un poco como con las películas basadas en la 2ª Guerra Mundial: Tanta película y tanta visión del conflicto me aburre. Y me da mucha pereza ponerme a ver alguna película de alguno de estos dos géneros.
Por suerte, ‘El Hombre Más Buscado’ tiene un as en la manga: su PROTAGONISTA, Philip Seymour Hoffman. El film de Corbijn es un relato de espionaje con un argumento muy convencional. Habla sobre cómo las agencias de inteligencia aprovechan y fabrican oportunidades y cebos para dar caza a los peces gordos del terrorismo internacional. El tratamiento de los planos y los escenarios por parte del director es formal, impecable, pero en cuanto a historia no se nos ofrece nada destacable. Pero la corta filmografía de Corbijn orbita alrededor de un elemento central: el hombre solitario. Dicho elemento está presente tanto en ‘Control’ (Ian Curtis sentía una horrible sensación de soledad a pesar del éxito creciente y de todos los que le rodeaban), como, de manera más evidente, en ‘El Americano’. Y ese solitario, en la película que nos ocupa, resulta ser un actor como Philip Seymour Hoffman. Su monumental interpretación es la que nos mantiene fijados a la butaca. Hoffman consigue que queramos conocer más y más sobre este personaje, suerte de “loser”, animal en vías de extinción dentro de las agencias de inteligencia internacionales (alemana en este caso), que sobre el propio relato en sí. La historia, es cierto, tiene un final digno de ser visto al menos una vez, pero de nuevo gracias a ÉL. 
Aparte de Hoffman, y a pesar que la película completa un reparto pleno de nombres ilustres como Rachel McAdams, Willem Dafoe (quizá la réplica más destacable) o Robin Wright, estos quedan ensombrecidos por una historia al uso y, sobre todo, por la figura de ese tipo solitario, taciturno y entrañable que dibuja un actor que dejó, con interpretaciones como la que nos ocupa, un vacío irreemplazable. Nunca llorar la pérdida de un actor estuvo tan justificado...

jueves, 23 de abril de 2020

VUELVE... VUELVE A MÍ


‘EXPIACIÓN’ (Atonement, Joe Wright, 2007). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
El sonido de las teclas de una máquina de escribir construye la banda sonora mientras el segundo trabajo de Joe Wright para la gran pantalla, adaptación de la novela de Ian McEwan, es la bola de nieve que se precipita ladera abajo. Una conmoción. Un relato oscuro, precioso, espoleado por un hecho horrible que marca al espectador para el resto del metraje. De nuevo, como en ‘Orgullo y Prejuicio’ (Pride and Prejudice, 2005), nos encontramos en pantalla con jóvenes talentos británicos ahora convertidos en estrellas consolidadas como Saoirse Ronan, que nos brinda una actuación impactante, un inmenso James McAvoy, Benedict Cumberbatch o Juno Temple.
Saoirse Román, más bien su personaje en tres formas: pre-adolescencia, juventud y madurez (sorprendente giro final disfrazado de actriz legendaria con un alegato desgarrador), se convierte en pilar maestro de la película. Un pilar gótico, oscuro, todo sea dicho. SU historia. La historia de un despecho construido a base de flashbacks. Recurso manido, pero aquí justificado y utilizado de manera inteligente, igual que el juego con los tiempos. Aparte de esto, el film se salpica de estampas y escenas impactantes con la guerra como telón de fondo. Muy duras y al mismo tiempo bellísimas, como ese largo plano secuencia que quedará grabado en la retina del espectador. Una muestra de genio y de sorprendente madurez en un director de 35 años entonces, que pasa de la ligereza dieciochesca de ‘Orgullo y Prejuicio’ a la gravedad de ‘Expiación’.
Todo esto no debe descuidarnos del romance mantenido entre los personajes de Keira Knightley y James McAvoy, lleno de pasión y sensualidad, ya que corre el riesgo de quedar sepultado bajo ese eje central, torrente emocional que se lo lleva todo por delante, incluida la atención del espectador.
Recursos que nos pueden parecer fáciles, como los mencionados flashbacks o la ultra utilizada pieza Clair de Lune, de Debussy en cierto pasaje del film no deben influir negativamente en una obra tan sólida y tan redonda como esta.
‘Orgullo y Prejuicio’ es una caricia. ‘Expiación’ es el puñetazo.


miércoles, 22 de abril de 2020

LA BELLEZA DE LOS CLÁSICOS


‘ORGULLO Y PREJUICIO’ (Pride and Prejudice, Joe Wright, 2005). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
El cine británico de la primera década de los 2000 se convirtió en una cantera de jóvenes actores muy prometedora. ‘Orgullo y Prejuicio’, la adaptación de la novela homónima de Jane Austen llevada a la pantalla grande de la mano de Joe Wright, es uno de los ejemplos más representativos. A excepción de Keira Knightley, ya consolidada como estrella de Hollywood gracias al “blockbuster” ‘Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra’ (Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, Gore Verbinski, 2003), resulta curioso hoy en día identificar jóvenes rostros ahora habituales en producciones de grandes estudios: Desde Rosamund Pike (que había tenido un papel secundario en ‘Muere Otro Día’ (Die Another Day, Lee Tamahori, 2002), la vigésima entrega de la franquicia 007), hasta Carey Mulligan, habitual del cine indie de un tiempo a esta parte, pasando por Jena Malone, Matthew MacFayden o Kelly Reilly.
A esta suma de jóvenes talentos la refuerza un conjunto de actores veteranos de la talla de Donald Sutherland, una excelente Brenda Blethyn o la eterna Judi Dench, lo que redondea un reparto sólido y de auténtico lujo que llena de vida la novela de Austen. Un fresco fiel y cargado de ironía de la sociedad británica del S. XVIII. Con un trato respetuoso y una belleza formal dignos de reconocimiento, Wright demuestra su pulso visual dotando a la obra que adapta de un estilo propio que resulta brillante, potenciado por la deliciosa banda sonora de Dario Marianelli, tanto en los bellísimos planos secuencia como en las  no menos preciosistas estampas de los planos generales y la contundente simetría de los encuadres, haciendo que nos interesemos tanto por la tortuosa historia de amor que acontece ante nuestros ojos como de los escarceos que discurren en segundo plano.
En definitiva, Joe Wright se hace con el mérito de acercar esta obra clásica a toda clase de público, de lograr incluso el reconocimiento del profano en dicho género (como es mi caso, por ejemplo).

martes, 21 de abril de 2020

EL AÑO DEL PAYASO


‘JOKER’ (Todd Phillips, 2019). VALORACIÓN: ****

Para hacer esta crítica, uno puede elegir el camino fácil o el difícil. El difícil es meterse en disquisiciones artísticas y técnicas (algo sobre lo que sinceramente no tengo el suficiente conocimiento), así que escogeré el camino fácil: ‘Joker’ es Joaquin Phoenix. Así de simple. Y no hablo del personaje, hablo de la película en su totalidad. Phoenix y el personaje al que encarna de manera tan sublime, ensombrece el resto del film. El tsunami Joaquin se lo lleva todo por delante con su actuación. Todo parece secundario, todo parece prescindible ante el epicentro de esta historia. Hablando del resto de la película, y siempre desde mi opinión, es una obra de buena factura, muy sólida, pero sin excesos, con un giro de guión predecible y eso sí, una escena de autor que me ha parecido de lo mejor y más hilarante en términos de comedia de los últimos tiempos (la escena en el piso de Arthur Fleck con sus dos “amigos”, el grandote y el chiquitín. Bestial). Por otra parte, la película se siente lastrada por la decisión de recordarle al espectador constantemente durante todo el metraje las razones por las que el Joker es el Joker. Todo en este aspecto es demasiado evidente, demasiado obvio y completamente innecesario. Siento que esta película se podía haber llamado “Joaquin Phoenix se Viste de Payaso Para Hacer el Gamberro” perfectamente, porque gracias a su actuación él es la película y la película es ÉL. Poco más

EL AMO DE LAS EMOCIONES


'THE GRANDMASTER' (Yut doi jung si, Wong Kar-Wai, 2013). VALORACIÓN:*****

Quien conozca un poco la trayectoria de Wong Kar-Wai sabe que no va a encontrar una película del género Wuxia (caballeros de artes marciales) en 'The Grandmaster'. Al menos, no una película de este género al uso. El director hongkonés ya probó suerte en este género en su debut ('Ashes of Time', 1994) y le costó ¡14! años pulir y redondear esta obra. Así que lo que nos encontramos en 'The Grandmaster' son artes marciales, sí (no obstante se trata del biopic de Ip Man, el archiconocido maestro de Bruce Lee), con unas escenas de acción con una coreografía sublime, también. Pero esta es sólo una de las partes del todo, de una obra sublime en su conjunto. Todas las partes del film se combinan y se complementan de forma impecable, dejando para el recuerdo planos estéticamente excelsos salpicados de slow motion como no podía ser de otra manera viniendo del autor de una de las mejores películas (considerada por muchos como la mejor) del siglo XXI: 'Deseando Amar' (In the Mood of Love, 2000). Aparte de la acción, nos encontramos ante dos géneros, incluso tres más en este film: El drama histórico, el thriller político y... el drama romántico. Funcionando todas estas partes en conjunto, como decía más arriba, con la precisión de un reloj suizo. Pero es en la última parte que he nombrado, la del drama romántico, en la que Wong Kar-Wai se muestra (se sabe) más poderoso. No se puede demostrar más fuerza en los planos. No se pueden transmitir tantas emociones con tan poco. Cómo se pueden maximizar tanto los sentimientos de manera tan sutil, tan sugerente. En unas escenas que sobre todo, hacia el final de la película te encogen el corazón con miradas, gestos casi imperceptibles, pero palpables. El poder de la insinuación.

En cuanto al reparto, actuaciones contenidas, sobrias, combinadas con la emoción que envuelve a la cinta. En su totalidad, pero mención especial merece la (no) pareja protagonista: el imprescindible Tony Leung y la hermosísima Zhang Ziyi.

'The Grandmaster' no descuida en ningún momento el tema trasfondo del film: las artes marciales. Todo lo contrario, y el emocionante alegato final lo demuestra, pero es más. Mucho más. Las artes marciales son la excusa justificada para que Wong Kar-Wai realice una obra respetuosa, visualmente arrolladora y emocionalmente imprescindible.