domingo, 7 de junio de 2020

EL VIEJO RAMBO


‘RAMBO: LAST BLOOD’ (Adam Grunberg, 2019). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️
Escuché una crítica de un medio especializado en la cual el crítico decía que 'Rambo: Last Blood' no era una película de Rambo hasta su cuarto final. Yo estoy completamente en descauerdo con esa afirmación. La imagen de Sylvester Stallone está irremediablemente ligada al 'actioner' de los 80 y los 90. Películas como las tres secuelas de Rambo antes de esta, 'Cobra', 'Demolition Man', 'Tango yCash', 'El Especialista' o 'Juez Dredd' nos forman una imagen bastante definida del actor. Personajes de poco fuste asociados a guiones pobres al servicio del espectáculo pirotécnico, las peleas, las persecuciones inverosímiles... Y U.S.A.
Pero si hay dos personajes a los que se les quiso dar algo más de profundidad humana más allá de los envoltorios patrióticos y la lucha porque sí contra el enemigo, esos fueron John Rambo y Rocky Balboa. De hecho, en 'Acorralado', la primera película de la saga del veterano melenudo, la "amenaza" contra el protagonista venía del propio rechazo de los suyos. Hay un por qué. Es un mero acto de defensa y supervivencia. Y en la saga del potro italiano, las "hostilidades comunistas" no cobran importancia hasta la cuarta entrega. Hasta ese momento, tanto Rambo como Rocky, eran historias centradas en el personaje y sus vicisitudes: Lucha contra la incomprensión en el primer caso, historia de superación en el segundo.
Quiero pensar que la intención de Stallone en esta quinta entrega era dotar de carga humana al personaje. De cerrar el círculo. Es posible que desde el minuto uno no haya machetes ensangrentados ni fusiles humeantes, pero sí que hay una historia íntima que a su vez sirve como detonante de esa parte que, como parece, el público y la crítica espera de "una película típica de Rambo" como agua de mayo.
La película no por ello deja de ser violenta, muy violenta y muy explícita. Y facha. Muy facha (aunque mucho menos que aquellas entregas 'Acorralado Parte II' o 'Rambo III' en pleno "¡Que vienen los rojos!"). Y para aquellos que vayan a ver a John Rambo en su máximo esplendor, les diría que aguanten pacientes ese primer tercio de película. La sangre, las vísceras, los disparos a bocajarro llegan. ¡Y cómo llegan!
Insisto: Para mí, 'Rambo: Last Blood' puede ser técnicamente inferior a 'John Rambo', los personajes secundarios y los malos malísimos tener muy poco tratamiento de guión, pero como manera de cerrar una saga, este tono crepuscular, humano e intimista (en la medida de sus posibilidades), le sienta bastante bien tanto al personaje como a la película. No es 'Sin Perdón' precisamente, pero a Sly se le agradece el esfuerzo.

domingo, 24 de mayo de 2020

REGRESO AL (SUCIO) FUTURO


‘BLADE RUNNER 2049’ (Denis Villeneuve, 2017). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
La secuela de ‘Blade Runner’ es, en mi opinión, la película menos identificable de la carrera de Denis Villeneuve. Un film rendido al puro “product placement”. Pero, ¿es una mala película? Para nada. ‘Blade Runner 2049’ conserva muchas de las virtudes de su director. Sony ha sabido elegir sus piezas. Villeneuve es un valor seguro a la hora de darle solidez al conjunto, ayudado por un diseño de producción colosal, Roger Deakins es una institución como director de fotografía y su trabajo, ganador del Oscar, es de lo mejor del film y la B.S.O. es una maravilla compuesta por Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch. Este conjunto consigue que la experiencia para el espectador resulte inmersiva, una auténtica delicia para los sentidos. Y compensan las que para mí son las partes menos buenas del film: La primera, las interpretaciones. Se trata de una historia oscura ambientada en un mundo post-apocalíptico poblado de replicantes (androides), pero aún con esto, me han parecido actuaciones planas en exceso. Aún así, el reparto encabezado por un siempre solvente Ryan Gosling, hace que la historia funcione y sus 163 minutazos se hagan digeribles. Y la segunda, la más decepcionante para mí, es la previsibilidad del guión. Desde ‘Incendies’, las historias dirigidas por Villeneuve, propias o no, poseían el denominador común del giro brusco de guión que dejaba al espectador ojiplático, de una forma u otra, ante lo que acontecía en pantalla. Este giro aquí se da, pero de forma torpe. El hipotético “mcguffin” no resulta para nada sutil y las resoluciones a modo de flashbacks se tornan redundantes e innecesarias explicaciones para un espectador que sabe perfectamente lo que ocurre en pantalla y, por desgracia, lo que va a ocurrir. Estos dos hándicaps dejan ver sus costuras de producto de gran estudio a una obra que aún así, analizada en conjunto, considero de notable alto y en la que sus grandes virtudes estéticas y técnicas reducen a “pecata minuta” sus defectos... siempre que no tratemos de buscar en ella naves ardiendo más allá de Orión o rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser...

domingo, 17 de mayo de 2020

¡DI TRES VECES SU NOMBRE!


‘BITELCHUS’ (Beetlejuice, Tim Burton, 1988). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️

El segundo largo de Tim Burton para la pantalla grande planteaba un boceto de lo que nos auguraba para el futuro uno de los autores más originales del cine contemporáneo. A pesar de que ‘Bitelchus’ cojea en bastantes de sus pasajes, más aún vista con la perspectiva del tiempo, esta ida de olla ya nos dejaba atisbar toda la imaginería que Burton era capaz de desplegar. Mientras los golpes humorísticos y los momentos surrealistas en esa tierra gótico-cartoon de los muertos tan pronto nos sacan la carcajada como nos sumergen en la perplejidad, el film nos va contando un cuento que se sostiene sobre cuatro pilares principales: El personaje de la tierna Winona Ryder (la primera emo de la historia, me atrevería a decir), la “rarita” que paradójicamente pone la cordura en el seno de esa familia para nada “normal”, la pareja formada por Alec Baldwin y Geena Davis, que marca el entrañable tempo emocional de la cinta y un genial, desatado y muy soez Michael Keaton, poniendo el contrapunto cómico ¿justo? para que la película no caiga en las garras de la cursilería.
Un cuento como lo serían después ‘Eduardo Manostijeras’ (1990), ‘Ed Wood’ (1994), ‘Big Fish’ (2003) o ‘La Novia Cadáver’ (2005) (en esta última detecto varios paralelismos con ‘Bitelchus’), en los que el director demuestra una sensibilidad excepcional. Luego está su universo, claro. Lo gótico y lo bizarro, del negro al multicolor, de la mesura al exceso... y Danny Elfman, compositor de músicas magistrales y parte esencial de este universo, presente casi siempre que Burton no ha sido sometido al yugo de los trabajos de encargo en los que el autor se rebela y muestra su desgana y sí ha tenido libertad para dar rienda suelta a su imaginación, como en SU ‘Batman’ (1989), por ejemplo (para mí, la mejor peli sobre el héroe que existe).
‘Bitelchus’ fue, aún con sus defectos, toda una declaración de intenciones. Una manera inédita hasta el momento de contar historias con un estilo único e inimitable. La puerta de entrada a ese oscuro, pero acogedor, universo de cuentos...
¿Alguien aquí no ha cantado el Day-O (Banana Boat)?

miércoles, 13 de mayo de 2020

EL CANSADO BOURNE


‘JASON BOURNE’ (Paul Greengrass, 2016). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️ 
Considero el cine de acción como mi género predilecto. Ya he dicho alguna vez que dada mi preferencia por este tipo de cine, suelo hacer la vista gorda con muchos detalles, pero con ‘Jason Bourne’ me cuesta mucho pasar por alto ciertas torpezas, muchas de ellas demasiado evidentes. Y en este caso me duele especialmente. ‘El Caso Bourne’ (The Bourne Identity, Doug Liman, 2002) reinventó el género del cine de acción, ofreciendo una evolución muy gratificante del típico “actioner” de los 80 y 90. El uso de la técnica de cámara al hombro, las impecables coreografías de las peleas y sus realistas persecuciones fueron rompedoras e incluso influyentes para la actualización de sagas más veteranas (James Bond, por ejemplo) y ofrecían al espectador una inmersión sin precedentes, suerte de “action-verité”. En esta entrega, sin embargo, hay más especulación y mucha menos acción. Y el cambio de ritmo no le ha sentado bien. Porque ese ritmo te da tiempo a preguntarte demasiadas veces durante el metraje sobre el por qué de ciertos detalles “chirriantes”, al contrario que ocurría en las trepidantes anteriores entregas que no te daban tregua. Matt Damon da la talla, pero los personajes de Alicia Vikander, Tommy Lee Jones o Vincent Cassel resultan bastante planos. La (doble) historia personal, presunto eje central de la trama, se construye de manera muy simple y es demasiado tópica y coincidente, algo incomprensible para una serie tan sólida como esta. Y más aún estando dirigida por Paul Greengrass, realizador de las dos anteriores (las dos mejores) protagonizadas por Matt Damon. Incluso la persecución final, más efectista que efectiva, sale perdiendo en la comparación con sus antecesoras, sobre todo si recordamos aquella antológica por la ciudad de Moscú de ‘El Mito de Bourne’ (2004). Aún con todo, se deja ver y es bastante mejor que aquel “spin-off” infumable, ‘El Legado de Bourne’ (The Bourne Legacy, Tony Gilroy, 2012), que yo personalmente he borrado de mi memoria. 
A la saga se le ha notado el cansancio. Y estos síntomas de agotamiento ratifican que el bueno de Bourne no necesitaba otra misión.

sábado, 9 de mayo de 2020

APOTEOSIS BRIT

‘SNATCH (CERDOS Y DIAMANTES)’ (Snatch, Guy Ritchie, 2000). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
Guy Ritchie ya apuntaba grandes maneras con su debut tras la cámara: ‘Lock, Stock and Two Smocking Barrels’, estrenada sólo dos años antes que la peli que nos ocupa. La evolución del director británico de una película a otra es asombrosa. Ritchie rueda una maravilla coral del “lumpen” londinense con prometedores nombres y otros consagrados. Cuánto le deben ahora los Jason Statham, Vinnie Jones o Stephen Graham a Ritchie, de los que este saca todo el jugo al igual que a los ya asentados Brad Pitt, Benicio Del Toro, Denis Farina... Si ‘Snatch’ no es una película perfecta, le falta poquísimo. El ritmo del film no es que sea el ideal, es que es único. Y visto con la perspectiva del tiempo, imitado hasta la saciedad con mayor o menor acierto en producciones posteriores. La manera adrenalítica, rompedora, inédita de rodar de Ritchie no te permite un respiro. Los 35mm. que puso de moda Spielberg en ‘Salvar al Soldado Ryan’ (Saving Private Ryan, 1998) no se podían aprovechar de mejor manera. Siempre pasa algo en pantalla. ¡Y cómo pasa! Todos y cada uno de los planos de la película valen la pena. Absolutamente todos los diálogos de la película son brillantes. Es una de las películas más divertidas y más disfrutables que he visto nunca. ‘Snatch’ es la versión corregida y aumentada de ‘Lock, Stock & Two Stocking Barrels’. La hermana gamberra de ‘Uno de los Nuestros’. Poco más de 100 minutos de pura diversión que pasan en un suspiro.
Después vendrían inmundicias como ‘Barridos por la Marea’ (Swept Away, 2002), trabajos notables de autor como ‘Revolver’ (2005) o ‘RocknRolla’ (2008) y contratos de estudio como las dos partes de ‘Sherlock Holmes’ (2009 y 2011), la muy notable ‘Operación U.N.C.L.E.’ (The Man From U.N.C.L.E., 2015), ‘El Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur’ (King Arthur: Legend of the Sword, 2017) o ‘Aladdin’ (2019). Pero el nombre de Guy Ritchie siempre irá asociado al de ‘Snatch’. Su obra cumbre. Y la cumbre de una nueva y extraordinaria manera de ver el cine de gángsters.

viernes, 8 de mayo de 2020

ESPACIO Y CARNE


‘HIGH LIFE’ (Claire Denis, 2018). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️
‘High Life’ busca su lugar en ese nicho de la Ciencia-Ficción-Reflexión que tan buenas (y no tan buenas) obras nos han dejado estas primeras dos décadas de los 2000. Y en mi opinión, la visión de este género por parte de Claire Denis funciona de manera suficiente y se deja ver. La historia que nos plantea la veterana realizadora francesa es lo bastante original para evitar caer en el convencionalismo. Narrada en diferentes lapsos de tiempo, pero lo suficientemente bien estructurada, logra que el espectador no se pierda ni se salga de la trama. No es una película dinámica, ágil, que aunque sí que regala algún que otro pico de tensión, en ciertos pasajes puede resultar algo pesada. Aún así, dicha trama avanza en su conjunto con el ritmo suficiente para hacerla disfrutable. Si tuviera que ubicarla en un hipotético ranking cualitativo, lo haría entre la genial psico-claustrofobia de ‘Moon’ (Duncan Jones, 2009) y la lenta, plana y aburridísima ‘Ad Astra’ (James Gray, 2019). Es decir, para mí, no alcanza la excelencia de la obra de Jones, pero no cae en el olvidable tedio perpetrado por Gray. Aún así, me queda en el “debe” de su directora un final que de tan simple, me ha dejado bastante frío.
Del trabajo interpretativo, destacar el fantástico trabajo de Robert Pattinson, pilar maestro de la historia y responsable de que la película no caiga en el pozo de la medianía, ya que Juliette Binoche se gusta (literalmente) en exceso en muchos pasajes del film y el resto del reparto, incluyendo al personaje de Mia Goth (del que esperaba más, la verdad), pasa por delante de las cámaras de forma efectiva, pero bastante de puntillas.
Esa baza de Pattinson y una ambientación de escenario notable se convierten en la tabla de salvación de esta lúbrica historia de marginados espaciales, vestida de conflicto moral, que no cae en el olvido inmediato, pero que tampoco nos cambia la vida tras su visionado.

miércoles, 6 de mayo de 2020

DENTISTAS EN TRAMPOLINES



‘PURO VICIO’ (Inherent Vice, Paul Thomas Anderson, 2014). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️

Siempre me asaltan sentimientos contradictorios con Paul Thomas Anderson. Me parece un genio loco.
Toda su grandilocuencia esta vez esconde en ‘Puro Vicio’ ni más ni menos que una historia clásica del más puro cine negro, el de Raymond Chandler y Philip Marlowe. Aunque aquí, Chandler es Thomas Pynchon y Philip Marlowe un detectivucho fumeta con el rostro del (una vez más) brillante Joaquin Phoenix. La película, narrada en voz en off, prácticamente se puede leer. Anderson mezcla el monocromo de una historia sórdida con el vivo colorido de la psicotropía y el “nosense” del Los Ángeles de los últimos años 60. Pero hay que rascar mucho y tener mucha paciencia. A la ingente cantidad de nombres y personajes, como en toda buena novela negra que se precie, hay que sumar que el director, autor también del guión adaptado, se enroca en una deriva pantanosa a mitad de metraje no apta para espectadores impacientes, con escenas largas y cadenciosas, pero brillantes, marca de la casa. Esto gracias a un diseño de producción y a una ambientación que te hace tocar, oler... sentir aquella época. Para eso, Anderson es único. Te arranca los cinco sentidos y los pone a su servicio a base de imágenes tangibles y planos poderosos en pantalla, como el de esa última cena porreta y alucinógena, por ejemplo. En cuanto a las interpretaciones, componen esta ópera noir de nombres imposibles el ya nombrado Phoenix y su relación odio-odio con el pétreo y caricaturizado personaje de Josh Brolin, la irreconocible y tentadora Katherine Waterston, tres años antes de convertirse en ese sucedáneo de la teniente Ripley en ‘Alien: Covenant’, Benicio Del Toro en la forma contenida de su Dr. Gonzo de ‘Miedo y Asco en Las Vegas’ (Fear and Loathing in Las Vegas, Terry Gilliam, 1998) u Owen Wilson, convertido en una suerte de McGuffin viviente de la trama.
En definitiva, un relato onírico y tétrico a la vez. Una travesía que cambia de rumbo al antojo del autor sin previo aviso, traspasando la línea de la ida de olla que tanto tiempo ha estado pisando en sus anteriores obras.
‘Puro Vicio’ es un buen mal viaje.

lunes, 4 de mayo de 2020

MASS MEDIA


‘NETWORK: UN MUNDO IMPLACABLE’ (Network, Sidney Lumet, 1976). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️

Hay películas que, por su argumento, no pueden envejecer aunque quieran. ‘Network’ es un ejemplo brillante. Aparte de esto, y ante todo, la película de Lumet es una obra de actores. Casi una pieza teatral. La película está rodada casi íntegramente en interiores. Todos y cada uno de los intérpretes, protagonistas o no, merecerían una reseña individual. Los crepusculares William Holden y Peter Finch, la preciosa, pletórica y devoradora Faye Dunaway, Robert Duvall en plena velocidad de crucero interpretativa, el sufrimiento y la entereza de Beatrice Straight, la megalomanía de Ned Beatty... Todos ellos tienen al menos una escena para guardar en la retina.
Es una lucha de talento colosal y el espectador sale beneficiado. Hay escenas que están a otro nivel a escala actoral, que juegan en otra liga. Diálogos contundentes, despiadados, sobrecogedores y emocionantes. El cómo se convierte el reputado presentador en pelele sensacionalista es una historia atemporal, la historia de siempre. La historia de la televisión.
Cuando la parte final de ‘Joker’ (Todd Philips, 2019) te sorprenda, ponte ‘Network’. Hizo lo mismo hace 43 años.

miércoles, 29 de abril de 2020

MENS INSANA



‘Babadook’ (The Babadook, Jennifer Kent, 2014). 
VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Estrés, ansiedad, ira, dolor...  Sentimientos tan horribles y al mismo tiempo tan cotidianos. De esto hay mucho en ‘Babadook’. En cantidades ingentes. Y eso es por “culpa” de los colosales Essie Davis, Noah Wiseman (los dos elementos principales del film) y de la magistral manera de dirigir de Jennifer Kent. Su estilo para remarcar los planos y los sonidos es soberbio. La fotografía, un fresco gótico de colores fríos y de sombras, brinda una atmósfera sobrecogedora. La relación madre-hijo es un “tour de force” perverso. Un auténtico descenso a los infiernos. Recalcar de manera tan explícita la conducta del niño y la incomprensión del entorno que rodea a la protagonista y sus efectos en la ella, nos hace empatizar y pone en una seria encrucijada moral al espectador, aún más acentuada cuando el “cazado” se convierte en cazador. Y cuando esto ocurre, ‘Babadook’ alcanza la excelencia y se confirma como Obra Maestra del terror psicólogico. Para mí esta película es la hija bastarda y retorcida de ‘Psicosis’ y ‘El Resplandor’. De tan incómoda es deliciosa...
Pero, ¿qué hay de lo sobrenatural? ¿Y el monstruo?, os estaréis preguntando... 
Ah, sí. El monstruo está ahí, claro. Siempre está ahí. 
Es ese que todos llevamos dentro...


MOLANDO MÁS QUE NADIE


‘GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA’ (Big Trouble in Little China, John Carpenter, 1986). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
“No ha sido nada... Pero siempre empieza de la misma forma. Con muy poquito...”, dice Egg Shen, el personaje de Victor Wong al principio de la película. Es la mejor definición posible para lo que nos depara ‘Golpe en la Pequeña China’. Y es que esta es una de esas películas que van agrandándose conforme avanza su metraje. Es una suerte haber contado con directores como John Carpenter, maestros del cine sin complejos, demencial, divertido y por ello, orfebres de obras atemporales. Con esa forma de rodar rompedora en los cánones del momento y esa naturalidad en la manera de mezclar géneros (de la comedia al más puro cine de acción “made in Hollywood” y acabando por el artificioso y efectivo “wuxia” oriental), crean un cóctel explosivo. Sin darte cuenta te encuentras inmerso en la acción y eres parte de la película. Parte de mérito también lo tiene la complicidad que se aprecia entre todos los miembros del reparto, encabezado por un fanfarrón y divertidísimo Kurt Russell (actor fetiche de Carpenter), suerte de Madelman de carne y hueso. Esta complicidad contagia el buenrollismo que desprende el film y nos deja frases, escenas y una historia fresca y dinámica. 
Se le perdona el desenlace facilón. Cierto es que cerrar historias nunca ha sido el punto fuerte de Carpenter (ni creo que esto le importase). Porque en sus películas lo realmente importante (y divertido) es el viaje, no el destino.

martes, 28 de abril de 2020

LA LUZ



‘POLTERGEIST’ (Tobe Hooper, 1982). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️

Hace un par de días hablaba en la reseña de ‘Amenaza en la Sombra’ de lo no tan bien que había envejecido el film de Nicolas Roeg. Pues bien, todo lo contrario me ocurre con ‘Poltergeist’. Es una película que casi 40 años después funciona de maravilla. Y esto en mucha parte se debe a la participación en ella de Steven Spielberg. El director de ‘Tiburón’, que por aquel entonces debía encontrarse inmerso en la post producción y promoción de su taquillazo ‘E.T., el Extraterrestre’, alarga su luminosa sombra por todo el film. Las influencias infantiles de ‘Encuentros en la Tercera Fase’ son evidentes así como las claves para el terror de la mencionada ‘Tiburón’. A ‘Amenaza en la Sombra’ le pasa para no envejecer tan bien que su idea plasmada en pantalla, aunque valiente y rompedora, puede llegar a resultar ridícula en nuestros tiempos. El caso de ‘Poltergeist’ es el contrario: La idea de una historia mundana y de andar por casa, con efectos especiales, sí, pero muy bien tratados (ehem.. Spielberg), la mezcla entre humor ligero y tensión extrema, ayudada por la fantástica banda sonora de Jerry Goldsmith, la hace igualmente disfrutable hoy día igual que hace 38 años, por lo menos para mí. Es una película muy empática. En todo momento Hooper (y Spielberg) te hace partícipe de todo lo que acontece en pantalla y te sientes un miembro más de esa sufridora familia, cómplice de sus emociones.
Por lo tanto, considero a ‘Poltergeist’ una obra brillante, que ha servido de inspiración para muchos films posteriores. Una obra icónica condenada erróneamente a considerarse menor por llevar el nombre de Spielberg “sólo” en los créditos de producción y que a cada nuevo visionado, más prescindible e incomprensible considero aquel soso “remake” de 2015.

lunes, 27 de abril de 2020

CUANDO ÉRAMOS ARTESANOS


‘LA ROCA’ (The Rock, Michael Bay, 1996). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️

Consideraba a Michael Bay un maestro pirotécnico antes de convertirse en ese megalómano del CGI vacío y sin sentido. Y ‘La Roca’, sin duda, es su mejor castillo de fuegos. Y es que este film puede que sea uno de los últimos grandes exponentes del cine de acción “artesanal”, alejado de la infografía y la producción hueca. Para mí el póker de estas “últimas supervivientes” lo completan ‘Dos Policías Rebeldes’ (Bad Boys, debut de Michael Bay en 1995), ‘Jungla de Cristal: La Venganza’ (Die Hard With a Vengeance, John McTiernan, 1995) y ‘Con Air’ (Simon West, 1997).
La afirmación de ‘La Roca’ como obra cumbre del cine de acción es indiscutible. Va más allá del placer culpable que supone sentarse delante de la pantalla y disfrutar de dos horas de disparos, persecuciones y explosiones. No se queda en eso. Desde un reparto brillante, con tres pilares maestros como Sean Connery (todos en pie, por favor) en el rol de un James Bond crepuscular e imponente, Nicolas Cage, todavía simpático antes de caer en las garras de la auto parodia y Ed Harris en el papel de villano, pero un malo con un “por qué” que consigue establecer mucha empatía con el espectador a medida que la historia avanza. La galería de secundarios, aún quedando eclipsada hacia la segunda mitad del film, ayudan a darle forma y sentido a un relato fresco, trepidante, con fisuras, sí, pero tapadas con el cemento de unas escenas de acción apabullantes. Icónica resulta ya la persecución Hummer vs. Ferrari por las calles de San Francisco, acompañada por la mítica banda sonora de Hans Zimmer.
Y lo mejor de todo es que, a pesar de sus casi 25 años, ha envejecido increíblemente bien. En el mundo del “blockbuster” no todas las películas pueden presumir de esto, lo que hace de ‘La Roca’ una producción reivindicable e imprescindible para los amantes del cine de acción, de entonces y de ahora.
‘La Roca’ no es un placer culpable. Es simplemente un placer.

domingo, 26 de abril de 2020

¿MUERTE EN VENECIA?




‘AMENAZA EN LA SOMBRA’ (Don’t Look Now, Nicolas Roeg, 1973). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
Te das cuenta que estás ante un auténtico clásico cuando obras posteriores o muy posteriores toman prestados algunos de sus conceptos.
Y este es el caso de ‘Amenaza en la Sombra’. Una película influyente. Puede no haber envejecido tan bien como otras obras de la época (sobre todo su sprint final, que visto ahora puede resultar un tanto “WTF”), pero hay que tener en cuenta el género al que pertenece y reconocer la dificultad, el esfuerzo y el mérito que suponía plasmar en la primera mitad de la década de los 70 una idea como esta en imágenes. Una vez ubicada en su contexto temporal, se descubre como un film muy rompedor y sobre todo muy transgresor para aquella época. Nicolas Roeg, el realizador, juega con los tiempos y con la atmósfera que le brinda un escenario como Venecia. El montaje, lleno de flashes y planos cortos de objetos, formas y gestos, debió de crear en el espectador del momento mucha tensión, nerviosismo y mucha, mucha incomodidad. Mención especial para la escena de sexo que mantienen los protagonistas, unos solventes Donald Sutherland y Julie Christie. Escena magistralmente rodada, intercalando los explícitos planos de cama con retazos de una situación cotidiana, algo que le otorga a dicho pasaje, acompañado de la partitura de Pino Donaggio, un plus de fuerza, belleza y romanticismo sin precedentes para la época.
Cuando ves ‘Amenaza en la Sombra’ es muy posible establecer paralelismos con obras como ‘El Sexto Sentido’, ‘Los Otros’, ‘El Escondite’... Por ello, el film de Nicolas Roeg resulta tan desasosegante, inquietante e incómodo para su época como influyente y reivindicable para la nuestra.

sábado, 25 de abril de 2020

EL SIGNIFICADO DE UNA PALABRA


'SICARIO' (Denis Villeneuve, 2015). VALORACIÓN: *****

El cine de acción es un género en ocasiones estigmatizado (y a menudo justificadamente) por su falta de profundidad, lo plano de sus personajes o la endeblez de sus guiones. A mí personalmente es un género que me encanta. Y por ello muchas veces hago la vista gorda, anteponiendo el placer culpable de un rato de entretenimiento sin complicaciones a la calidad del producto.
Pero tranquilos. No es el caso que nos ocupa. 'Sicario' es una Obra Maestra del género. Es épica. Como lo fue en su momento otro hito del género: 'Heat' (Michael Mann, 1995), con la que encuentro más de un paralelismo, como por ejemplo, la contundencia de sus escenas y la crudeza con que se narra la historia. Esto último se eleva a la máxima potencia en 'Sicario'. Denis Villeneuve no tiene piedad con el espectador. La película te lleva a cotas de tensión tan altas que rozan la incomodidad y esa tensión viene personificada por el tratamiento de los personajes, impecables reflejos del estrés que supone un trabajo que nadie más quiere hacer. Emily Blunt suprema, Josh Brolin odioso e irónico y Benicio Del Toro... caso aparte. Un Benicio Del Toro en estado de rabia (sí, lo he escrito bien). De rabia contenida. Una bomba de relojería en cuenta atrás que la historia te va desnudando a medida que avanza hasta dejarnos los ojos como platos en una escena que te retuerce en la butaca y que quedará en el recuerdo, como mínimo, en la história del género.
A estas alturas no voy a descubrir la calidad de Denis Villeneuve como director. 'Incendies' (2010), su primera película conocida, me sigue pareciendo la mejor, pero amén de rarezas como 'Enemy' (2013), es un tipo que no ha bajado el listón. Director polivalente donde los haya que todo lo que hace, lo hace muy bien. En el caso de 'Sicario',con su manera de dirigir, de colocar las cámaras, el espectador es parte de la acción casi en primera persona. Todo esto ayudado por una dirección de fotografía para guardar en la retina.
En este film hay tiempo para todo. Para la acción, para la reflexión, para el drama, las discusiones sobre moralidad... La capacidad de síntesis de Villeneuve es asombrosa. No se puede contar tanto y tan buen contenido en 120 minutos. La palabra "sicario" cobra significado en su parte final. Y en ese significado radica el doble mortal de la trama y la confirmación de una genialidad. Y es que 'Sicario', como lo fue 'Heat', es una gran película y una pelicula grande. En el sentido más amplio y más literal de la palabra.

viernes, 24 de abril de 2020

EL GENIO DE LA TRISTE FIGURA


‘EL HOMBRE MÁS BUSCADO’ (A Most Wanted Man, Anton Corbijn, 2014). 
VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️
La película que nos ocupa es un relato de espías basado en la novela homónima de John Le Carré y al mismo tiempo se inspira en una historia real.
El cine de espías es un género sobre-saturado en Hollywood. A mí personalmente me ocurre un poco como con las películas basadas en la 2ª Guerra Mundial: Tanta película y tanta visión del conflicto me aburre. Y me da mucha pereza ponerme a ver alguna película de alguno de estos dos géneros.
Por suerte, ‘El Hombre Más Buscado’ tiene un as en la manga: su PROTAGONISTA, Philip Seymour Hoffman. El film de Corbijn es un relato de espionaje con un argumento muy convencional. Habla sobre cómo las agencias de inteligencia aprovechan y fabrican oportunidades y cebos para dar caza a los peces gordos del terrorismo internacional. El tratamiento de los planos y los escenarios por parte del director es formal, impecable, pero en cuanto a historia no se nos ofrece nada destacable. Pero la corta filmografía de Corbijn orbita alrededor de un elemento central: el hombre solitario. Dicho elemento está presente tanto en ‘Control’ (Ian Curtis sentía una horrible sensación de soledad a pesar del éxito creciente y de todos los que le rodeaban), como, de manera más evidente, en ‘El Americano’. Y ese solitario, en la película que nos ocupa, resulta ser un actor como Philip Seymour Hoffman. Su monumental interpretación es la que nos mantiene fijados a la butaca. Hoffman consigue que queramos conocer más y más sobre este personaje, suerte de “loser”, animal en vías de extinción dentro de las agencias de inteligencia internacionales (alemana en este caso), que sobre el propio relato en sí. La historia, es cierto, tiene un final digno de ser visto al menos una vez, pero de nuevo gracias a ÉL. 
Aparte de Hoffman, y a pesar que la película completa un reparto pleno de nombres ilustres como Rachel McAdams, Willem Dafoe (quizá la réplica más destacable) o Robin Wright, estos quedan ensombrecidos por una historia al uso y, sobre todo, por la figura de ese tipo solitario, taciturno y entrañable que dibuja un actor que dejó, con interpretaciones como la que nos ocupa, un vacío irreemplazable. Nunca llorar la pérdida de un actor estuvo tan justificado...

jueves, 23 de abril de 2020

VUELVE... VUELVE A MÍ


‘EXPIACIÓN’ (Atonement, Joe Wright, 2007). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
El sonido de las teclas de una máquina de escribir construye la banda sonora mientras el segundo trabajo de Joe Wright para la gran pantalla, adaptación de la novela de Ian McEwan, es la bola de nieve que se precipita ladera abajo. Una conmoción. Un relato oscuro, precioso, espoleado por un hecho horrible que marca al espectador para el resto del metraje. De nuevo, como en ‘Orgullo y Prejuicio’ (Pride and Prejudice, 2005), nos encontramos en pantalla con jóvenes talentos británicos ahora convertidos en estrellas consolidadas como Saoirse Ronan, que nos brinda una actuación impactante, un inmenso James McAvoy, Benedict Cumberbatch o Juno Temple.
Saoirse Román, más bien su personaje en tres formas: pre-adolescencia, juventud y madurez (sorprendente giro final disfrazado de actriz legendaria con un alegato desgarrador), se convierte en pilar maestro de la película. Un pilar gótico, oscuro, todo sea dicho. SU historia. La historia de un despecho construido a base de flashbacks. Recurso manido, pero aquí justificado y utilizado de manera inteligente, igual que el juego con los tiempos. Aparte de esto, el film se salpica de estampas y escenas impactantes con la guerra como telón de fondo. Muy duras y al mismo tiempo bellísimas, como ese largo plano secuencia que quedará grabado en la retina del espectador. Una muestra de genio y de sorprendente madurez en un director de 35 años entonces, que pasa de la ligereza dieciochesca de ‘Orgullo y Prejuicio’ a la gravedad de ‘Expiación’.
Todo esto no debe descuidarnos del romance mantenido entre los personajes de Keira Knightley y James McAvoy, lleno de pasión y sensualidad, ya que corre el riesgo de quedar sepultado bajo ese eje central, torrente emocional que se lo lleva todo por delante, incluida la atención del espectador.
Recursos que nos pueden parecer fáciles, como los mencionados flashbacks o la ultra utilizada pieza Clair de Lune, de Debussy en cierto pasaje del film no deben influir negativamente en una obra tan sólida y tan redonda como esta.
‘Orgullo y Prejuicio’ es una caricia. ‘Expiación’ es el puñetazo.


miércoles, 22 de abril de 2020

LA BELLEZA DE LOS CLÁSICOS


‘ORGULLO Y PREJUICIO’ (Pride and Prejudice, Joe Wright, 2005). VALORACIÓN: ⭐️⭐️⭐️⭐️
El cine británico de la primera década de los 2000 se convirtió en una cantera de jóvenes actores muy prometedora. ‘Orgullo y Prejuicio’, la adaptación de la novela homónima de Jane Austen llevada a la pantalla grande de la mano de Joe Wright, es uno de los ejemplos más representativos. A excepción de Keira Knightley, ya consolidada como estrella de Hollywood gracias al “blockbuster” ‘Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra’ (Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, Gore Verbinski, 2003), resulta curioso hoy en día identificar jóvenes rostros ahora habituales en producciones de grandes estudios: Desde Rosamund Pike (que había tenido un papel secundario en ‘Muere Otro Día’ (Die Another Day, Lee Tamahori, 2002), la vigésima entrega de la franquicia 007), hasta Carey Mulligan, habitual del cine indie de un tiempo a esta parte, pasando por Jena Malone, Matthew MacFayden o Kelly Reilly.
A esta suma de jóvenes talentos la refuerza un conjunto de actores veteranos de la talla de Donald Sutherland, una excelente Brenda Blethyn o la eterna Judi Dench, lo que redondea un reparto sólido y de auténtico lujo que llena de vida la novela de Austen. Un fresco fiel y cargado de ironía de la sociedad británica del S. XVIII. Con un trato respetuoso y una belleza formal dignos de reconocimiento, Wright demuestra su pulso visual dotando a la obra que adapta de un estilo propio que resulta brillante, potenciado por la deliciosa banda sonora de Dario Marianelli, tanto en los bellísimos planos secuencia como en las  no menos preciosistas estampas de los planos generales y la contundente simetría de los encuadres, haciendo que nos interesemos tanto por la tortuosa historia de amor que acontece ante nuestros ojos como de los escarceos que discurren en segundo plano.
En definitiva, Joe Wright se hace con el mérito de acercar esta obra clásica a toda clase de público, de lograr incluso el reconocimiento del profano en dicho género (como es mi caso, por ejemplo).

martes, 21 de abril de 2020

EL AÑO DEL PAYASO


‘JOKER’ (Todd Phillips, 2019). VALORACIÓN: ****

Para hacer esta crítica, uno puede elegir el camino fácil o el difícil. El difícil es meterse en disquisiciones artísticas y técnicas (algo sobre lo que sinceramente no tengo el suficiente conocimiento), así que escogeré el camino fácil: ‘Joker’ es Joaquin Phoenix. Así de simple. Y no hablo del personaje, hablo de la película en su totalidad. Phoenix y el personaje al que encarna de manera tan sublime, ensombrece el resto del film. El tsunami Joaquin se lo lleva todo por delante con su actuación. Todo parece secundario, todo parece prescindible ante el epicentro de esta historia. Hablando del resto de la película, y siempre desde mi opinión, es una obra de buena factura, muy sólida, pero sin excesos, con un giro de guión predecible y eso sí, una escena de autor que me ha parecido de lo mejor y más hilarante en términos de comedia de los últimos tiempos (la escena en el piso de Arthur Fleck con sus dos “amigos”, el grandote y el chiquitín. Bestial). Por otra parte, la película se siente lastrada por la decisión de recordarle al espectador constantemente durante todo el metraje las razones por las que el Joker es el Joker. Todo en este aspecto es demasiado evidente, demasiado obvio y completamente innecesario. Siento que esta película se podía haber llamado “Joaquin Phoenix se Viste de Payaso Para Hacer el Gamberro” perfectamente, porque gracias a su actuación él es la película y la película es ÉL. Poco más

EL AMO DE LAS EMOCIONES


'THE GRANDMASTER' (Yut doi jung si, Wong Kar-Wai, 2013). VALORACIÓN:*****

Quien conozca un poco la trayectoria de Wong Kar-Wai sabe que no va a encontrar una película del género Wuxia (caballeros de artes marciales) en 'The Grandmaster'. Al menos, no una película de este género al uso. El director hongkonés ya probó suerte en este género en su debut ('Ashes of Time', 1994) y le costó ¡14! años pulir y redondear esta obra. Así que lo que nos encontramos en 'The Grandmaster' son artes marciales, sí (no obstante se trata del biopic de Ip Man, el archiconocido maestro de Bruce Lee), con unas escenas de acción con una coreografía sublime, también. Pero esta es sólo una de las partes del todo, de una obra sublime en su conjunto. Todas las partes del film se combinan y se complementan de forma impecable, dejando para el recuerdo planos estéticamente excelsos salpicados de slow motion como no podía ser de otra manera viniendo del autor de una de las mejores películas (considerada por muchos como la mejor) del siglo XXI: 'Deseando Amar' (In the Mood of Love, 2000). Aparte de la acción, nos encontramos ante dos géneros, incluso tres más en este film: El drama histórico, el thriller político y... el drama romántico. Funcionando todas estas partes en conjunto, como decía más arriba, con la precisión de un reloj suizo. Pero es en la última parte que he nombrado, la del drama romántico, en la que Wong Kar-Wai se muestra (se sabe) más poderoso. No se puede demostrar más fuerza en los planos. No se pueden transmitir tantas emociones con tan poco. Cómo se pueden maximizar tanto los sentimientos de manera tan sutil, tan sugerente. En unas escenas que sobre todo, hacia el final de la película te encogen el corazón con miradas, gestos casi imperceptibles, pero palpables. El poder de la insinuación.

En cuanto al reparto, actuaciones contenidas, sobrias, combinadas con la emoción que envuelve a la cinta. En su totalidad, pero mención especial merece la (no) pareja protagonista: el imprescindible Tony Leung y la hermosísima Zhang Ziyi.

'The Grandmaster' no descuida en ningún momento el tema trasfondo del film: las artes marciales. Todo lo contrario, y el emocionante alegato final lo demuestra, pero es más. Mucho más. Las artes marciales son la excusa justificada para que Wong Kar-Wai realice una obra respetuosa, visualmente arrolladora y emocionalmente imprescindible.